Como parte de mi proyecto de maestría, decidí volcarme hacía los biomateriales, en específico, los materiales que parten del uso del micelio de hongo.
El micelio podría ser comparable con las raíces de una gran rama de la familia del Reino Fungi.
Los hongos juegan un papel sumamente importante en la cadena natural de degradación de compuestos orgánicos. Es gracias a ellos que la materia se vuelve a descomponer en nutrientes que regresan a la tierra para poder ser repartidos en los organismos vivos.
El micelio puede tener kilómetros de longitud y mantiene una red de comunicación química entre árboles y otros organismos para mantener un balance de nutrientes. Su función es realmente fascinante.
Uno de los primeros que han trabajado con el micelio como material es Philip Ross, definitivamente vale la pena revisar su trabajo. Actualmente tiene la compañía llamada Mycoworks en donde desarrollan textiles con base en hongo como sustituto a la piel. Su apariencia es muy similar y los acabados que se le pueden dar son muchos, así como a la piel.
Los hongos que comemos y que conocemos cotidianamente como las setas, los champiñones, el portobello, etc. son la expresión sexual del hongo, los cuales generan esporas (equiparables a las semillas) que les permiten seguirse expandiendo.
No soy una experta en hongos, ni bióloga. Sin embargo, los últimos dos años he estado investigando mucho al respecto y tengo algunos consejos para poder crecer biomateriales, y por qué no también hongos comestibles.
La primera recomendación que tengo que dar es: nunca comas un hongo que te encuentres por ahi. La clacificación de los hongos es tan compleja que hasta los expertos más expertos pueden equivocarse sólo con hacer una valoración visual. A veces es necesario hacer pruebas químicas para definir por completo de qué especie se trata. Existen otras pruebas como la huella de las esporas, el tipo de tronco, de branqueas, de cubierta, la zona en la que creció, las condiciones climáticas, etc. Pueden haber tantos factores que intervengan en el crecimiento de un hongo como que éste haya crecido debajo de un cuerpo (por ejemplo una ramita de madera) que se encargue de deformar la copa del hongo de forma que parezca de otra especie! En fin, nunca comas un hongo que no venga de un experto, una tienda, un mercado, etc.
Existen muchos métodos para el cultivo y crecimiento de tanto los hongos como los materiales de hongo. En las siguientes entradas publicaré varios de los métodos que he estudiado y practicado. Desde métodos muy específicos que se llevan a cabo dentro de laboratorio, hasta métodos que puedes hacer en tu cocina!
El micelio podría ser comparable con las raíces de una gran rama de la familia del Reino Fungi.
Los hongos juegan un papel sumamente importante en la cadena natural de degradación de compuestos orgánicos. Es gracias a ellos que la materia se vuelve a descomponer en nutrientes que regresan a la tierra para poder ser repartidos en los organismos vivos.
El micelio puede tener kilómetros de longitud y mantiene una red de comunicación química entre árboles y otros organismos para mantener un balance de nutrientes. Su función es realmente fascinante.
Uno de los primeros que han trabajado con el micelio como material es Philip Ross, definitivamente vale la pena revisar su trabajo. Actualmente tiene la compañía llamada Mycoworks en donde desarrollan textiles con base en hongo como sustituto a la piel. Su apariencia es muy similar y los acabados que se le pueden dar son muchos, así como a la piel.
Los hongos que comemos y que conocemos cotidianamente como las setas, los champiñones, el portobello, etc. son la expresión sexual del hongo, los cuales generan esporas (equiparables a las semillas) que les permiten seguirse expandiendo.
No soy una experta en hongos, ni bióloga. Sin embargo, los últimos dos años he estado investigando mucho al respecto y tengo algunos consejos para poder crecer biomateriales, y por qué no también hongos comestibles.
La primera recomendación que tengo que dar es: nunca comas un hongo que te encuentres por ahi. La clacificación de los hongos es tan compleja que hasta los expertos más expertos pueden equivocarse sólo con hacer una valoración visual. A veces es necesario hacer pruebas químicas para definir por completo de qué especie se trata. Existen otras pruebas como la huella de las esporas, el tipo de tronco, de branqueas, de cubierta, la zona en la que creció, las condiciones climáticas, etc. Pueden haber tantos factores que intervengan en el crecimiento de un hongo como que éste haya crecido debajo de un cuerpo (por ejemplo una ramita de madera) que se encargue de deformar la copa del hongo de forma que parezca de otra especie! En fin, nunca comas un hongo que no venga de un experto, una tienda, un mercado, etc.
Existen muchos métodos para el cultivo y crecimiento de tanto los hongos como los materiales de hongo. En las siguientes entradas publicaré varios de los métodos que he estudiado y practicado. Desde métodos muy específicos que se llevan a cabo dentro de laboratorio, hasta métodos que puedes hacer en tu cocina!
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