Tomé un curso durante dos meses de cerámica experimental en la calle de Centenario en Coyoacán.
El taller número uno consiste en varios ejercicios ya preestablecidos para entender el tiempo de reposo del barro, la elasticidad, la reducción y la capacidad de cocción.

Sin duda, el barro motiva e incrementa la creatividad. Encontrarse con una bola de posibilidades infinitas es asombroso.
Pero tomar la responsabilidad de volverse uno quien decida qué forma y función tomará; lo es más.

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